Artritis Reumatoidea
La artritis reumatoidea (AR) es una enfermedad crónica que causa dolor, rigidez, inflamación y limitación en la movilidad y función de las articulaciones. A pesar que las articulaciones constituyen las partes principales que se ven afectadas es posible que también se presente inflamación en otros órganos. Entre otros síntomas:
Por lo tanto, al ser la artritis reumatoidea una enfermedad autoinmune, la vitamina C intravenosa en altas dosis estimula el sistema inmune, bloqueando la cascada inmunológica que produce la inflamación y así contrarrestar la enfermedad. Además, se ha comprobado que las situaciones donde hay mayor deficiencia de vitamina C son en las enfermedades crónicas y de dolor agudo como es la AR.
Los tratamientos actuales ofrecen a la mayoría de los pacientes un alivio de bueno a excelente en los síntomas, y la capacidad de continuar con sus actividades a niveles casi normales. Dado que no existe cura para la artritis reumatoidea, el objetivo del tratamiento consiste en minimizar los síntomas y la discapacidad de los pacientes mediante la terapia médica apropiada en la etapa temprana de la enfermedad, antes de que se produzca un daño permanente en las articulaciones.
Numerosos estudios han demostrado que el incremento de vitamina C reduce el riesgo de artritis, asma, cancer, catarata, enfermedad cardiovascular, obstrucción de la vía aérea, enfermedad periodontal. Asimismo, la suplementación a largo plazo de vitamina C está asociada con altos niveles plasmáticos de vitamina C y reducción de la incidencia de las enfermedades mencionadas.
Durante los periodos agudos de inflamación, al administrar vitamina C en altas dosis vía intravenos, ayuda bloqueando la cascada inflamatoria producida, por tanto, contribuye al manejo del dolor del paciente con artritis.
- Pérdida de energía
- Fiebre baja
- Pérdida de apetito
- Sequedad en ojos y boca debido a una afección asociada conocida como síndrome de Sjogren
- Protuberancias firmes denominadas nódulos reumatoides que se encuentran debajo de la piel, en áreas como codos y manos. La artritis reumatoidea se clasifica como una enfermedad autoinmune, que se desarrolla debido a que determinadas células del sistema inmunológico funcionan de manera deficiente y atacan las articulaciones sanas. A pesar de que la causa de la AR aún es desconocida, hay interesantes investigaciones que están revelando cuáles son los factores de importancia que producen la inflamación. El centro principal de la inflamación es la membrana sinovial, que es el tejido que recubre la articulación. Los químicos inflamatorios liberados por las células inmunes provocan inflamación y dañan el cartílago y el hueso.
Por lo tanto, al ser la artritis reumatoidea una enfermedad autoinmune, la vitamina C intravenosa en altas dosis estimula el sistema inmune, bloqueando la cascada inmunológica que produce la inflamación y así contrarrestar la enfermedad. Además, se ha comprobado que las situaciones donde hay mayor deficiencia de vitamina C son en las enfermedades crónicas y de dolor agudo como es la AR.
Los tratamientos actuales ofrecen a la mayoría de los pacientes un alivio de bueno a excelente en los síntomas, y la capacidad de continuar con sus actividades a niveles casi normales. Dado que no existe cura para la artritis reumatoidea, el objetivo del tratamiento consiste en minimizar los síntomas y la discapacidad de los pacientes mediante la terapia médica apropiada en la etapa temprana de la enfermedad, antes de que se produzca un daño permanente en las articulaciones.
Numerosos estudios han demostrado que el incremento de vitamina C reduce el riesgo de artritis, asma, cancer, catarata, enfermedad cardiovascular, obstrucción de la vía aérea, enfermedad periodontal. Asimismo, la suplementación a largo plazo de vitamina C está asociada con altos niveles plasmáticos de vitamina C y reducción de la incidencia de las enfermedades mencionadas.
Durante los periodos agudos de inflamación, al administrar vitamina C en altas dosis vía intravenos, ayuda bloqueando la cascada inflamatoria producida, por tanto, contribuye al manejo del dolor del paciente con artritis.